lunes, agosto 28, 2006

Escenarios de la duda y la certeza: Octubre de Manuel Fernández

El viernes 25 de agosto se presentó Octubre, el primer poemario de Manuel Fernández. El libro obtuvo anteriormente el premio de los juegos florales por el aniversario de la facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP, en el año 2002. Reproduzco una parte de mis palabras de presentación.

Seguimos pensando que a veces algunas cosas están más lejos que cerca, nos dice el poema que da comienzo a la décima sección de Octubre, un libro de poemas que es la excusa perfecta para narrar una sucesión de hechos que reproduce dos ciclos simultáneos: el de la historia oficial discurriendo paralelamente al de muchas vidas -privadas-.
El libro está dividido en diez secciones y relata, mediante poemas extensos y fragmentos de relatos en clave lírica -o poemas narrativos-, una historia amorosa que se presenta en escenas accidentales y discurre casi secretamente en una ciudad que vive momentos de crisis y conflicto: un ciclo que se abre con el golpe de estado que llevaría al poder al gobierno militar del general Velasco y concluye casi secretamente en el transcurso de otro golpe, el de Fujimori en los noventa -aunque también se incluye una escena ambientada en febrero del 75-. Mientras discurre esa historia —la oficial—, muchas historias menores se suceden en el mismo espacio, en la misma ciudad que ve discurrir una historia que solo existe en las cabezas de los que la recibe impuesta, esa historia que se escribe en los manuales y se enseña con certeza de evangelio en las clases de la escuela.
Cada personaje de Octubre es testigo, a su modo y en privado, de la violencia ineludible que transforma la realidad y arranca los asideros y las cosas queridas, y las hace pasar como rostros desconocidos mientras se recorre la ciudad. Cada persona soporta la inminencia de una realidad que es riesgo, pero también una lucha por un deslumbramiento, un amor, o una salida.
Imágenes de desesperación y de lucha, Octubre nos lleva a ser testigos de unas pocas vidas que brillan con la intensidad de la lucha por su propia supervivencia. Como en el varias veces repetido “no quiero pasar como una bella cosa inútil (I 1) de la primera parte del libro, Octubre es un poema que lleva a sus lectores a reconocer el acecho de la fatalidad:

una mano llega de lejos y te arrebata lo más querido

siempre sucede que en esas condiciones lo mejor es morder un pedazo de

madera porque la penicilina no llega o no alcanza o escacea o ya que importa (II 4)


gracias a una agudeza que expone los contrastes de la ciudad:


Arquitectura nueva sobre la ciudad vieja

tensiones

entre lo armónico y la diletancia

tensiones

SENSUALIDAD PRECISA DE LOS CABLES Y LAS VIGAS

agregados modernos sobre el diseño antiguo

personas

lo estéril sobre la bruma grís de lima (IV, 2).


Los cntrastes de la ciudad vuelven a los individuos, influtyen en ellos, los separan y clasifican como consta en otra parte del libro: “Techos en punta de las clínicas extranjeras / techos chatos de los hospitales de Lima” (IV 4) dice al respecto el libro, mientras la gran historia discurre y Octubre reconstruye esas vidas que desarrollan en los márgenes, haciendo hablar al Doctor Lu y a la pareja que nos cuenta su propia historia -él desvelándose por mantener todo en orden y ella dormida, sometida a la inercia- mediante revelaciones y reminiscencias que evocan frustraciones y búsquedas diversas, nunca satisfechas:


El amor existe en nuestros más puros y canastos genitales y elabora discursos

inentendibles

el amor se agolpa y se fermenta

y se pasa por el water (VI 3).


Palabra de la insatisfacción que transforma radicalmente las cosas, hasta darles un giro que las vuelve completamente inversas, se trata de un libro que relata una crisis para transmitir con intensidad y belleza todo lo problemático, lo que circula inadvertido y nos rodea. Un libro que recurre a diversas tradiciones líricas -y otras de la cultura popular contemporánea- que no se proponen como lineas directrices en los poemas, sino como señeros que permiten, en la confluencia, una expresión conmovedora y efectiva, lo que quiere decir que están al servicio de la enunciación y no la determinan. Si un descubrimiento se celebra largamente, puedo decir que este libro es una forma de señalar lo no advertido en medio de tantas palabras y certezas, y que se trata con seguridad, de una de los mejores libros de poesía publicados en los últimos años, y que producirá una segura y necesaria expectativa por una obra que apenas comienza a manifestarse, pero que cuenta desde ya con la mejor condición para enunciar: la posibilidad de escribir su propia historia.