miércoles, mayo 16, 2007

Dos novelas de Juan José Saer













Tuve oportunidad de leer dos novelas de Juan José Saer hace poco. La primera fue La Ocasión (1986, premio Nadal), un texto que cuenta -de una manera aparentemente episódica, pero con extrañas y singulares digresiones- la aventura de Bianco, un filosofo positivista argentino, quien, vuelto en un escándalo por culpa de un colaborador, pierde su buena reputación en Europa. Abrumado, regresa a Argentina para emprender un proyecto personal distinto: se dedica a la agricultura. Allí contraerá matrimonio con una joven mujer, y en ese momento coemnzarán sus problemas. Mermado por el alcoholismo, una percepción caótica de la que hace eco la narración se combina con una amistad que interfiere en su vida, haciendo un triángulo de su romance, y coronando el cuadro con una peste que obliga a todo el pueblo a abandonar la zona. La monotonía de la vida rural es rota por la historia de Waldo, el infalible vidente que anticipa una peste de desenlace inevitable.
La segunda que le leí es un tipo narrativo completamente distinto. La pesquisa (1994) cuenta la historia de un detective que persigue a un misterioso asesino de ancianas. Una persecusión implacable, mucho análisis y personajes que se complementan (dos detectives, uno asistente del otro) contribuyen a construir una tensión y una intriga que parecen nunca resolverse. Pero, mientras las investigaciones se hacen intensas, una calma inquietante parece sugerir el repliegue del asesino, pues la ola de muertes se ha reducido. Han pasado semanas desde el último crimen, hasta que, con motivo de un descanso, nuestros detectives se separan y el miesterioso asesino reaparece, dando muerte a una señora que horas antes había visto al detective principal de la historia. Pero mejor me detengo ahi para que la sigan. En la novela policial decir el final es decir todo. Solo diré por ahora que Saer es muy recomendable y que, ahora que se viene la feria, sería bueno conseguir sus libros.

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