miércoles, abril 15, 2009

Escritores conectados por la urbe: conversaciones sobre narrativa urbana


Basado en el catálogo de editoriales independientes nuevas, y por ello de nuevos autores y registros narrativos diferentes, Julio Zavala, Borrador editores y el CC Británico de Miraflores han organizado, todos los martes de este mes, a las 7:30, una serie de conversatorios en los que los propios autores responden a preguntas en torno a los ejes temáticos de sus obras. Más allá de la sensación de desgaste que se otorga comunmente a registros narrativos como la narrativa urbana, fantástica o el relato en primera persona de corte biográfico, esta serie de conversatorios son una interesante manera de acercarnos a los primeros libros de narradores como Enrique Bernales, Alexis Iparraguirre, Claudia Ulloa, Mariano Vargas, Julia Wong y Katia Adaui, entre otros. Sin duda, el esfuerzo de indagar por las proximidades temáticas mediante el diálogo de los propios autores me parece interesante porque es una apuesta por el futuro de las obras de autores sumamente prometedores, y u motivo para entrar en la narrativa peruana reciente.

jueves, abril 02, 2009

Espuma!


El primer libro de Estruendomudo para este año es la nueva novela de Carlos Gallardo, Espuma! Carlos publica su segundo libro desde 2004, en que publicó Parque de las leyendas. En Espuma! Carlos revive, mediante una conversación de dos amigos separados por los avatares del tiempo, la experiencia de los últimos años del colegio de un grupo de muchachhos sanmiguelinos. En pocas líneas, se puede decir que, frente a una narrativa de los noventa de peersonajes que luchaban por una identidad, el libro de Carlos explora los noventas desde la experiencia de la gente que abrió los ojos con el fin de la pasada década. Más allá del cóctel que abre el libro y "degenera" en cervezas, la historia de Espuma! es un retrato de los noventas ensayado desde el retrato de Carlota Alcayata, una arrebatada y madura adolescente que permite que se registre, junto al recuerdo de la relación con Carlos Mantilla, una imagen de cómo se ha sido joven en una década tan conflictiva y desideologizada.
Espuma tieende vínculos con varias novelas de nuestro canon. De hecho, más de uno recordará las cervezas de Conversación en La Catedral al comenzar el libro, pero más que Vargasllosiano, Espuma! es, por sus temas, un tributo clasemediero y noventero de No me esperen en abril de Bryce. Sin embargo, el traspasa el tema, lo supera largamente, pues emplea diversos registros y discursos como el pastiche, la autobiografía y el realismo urbano cuando no grotesco; y deja una imagen del San Miguel noventero muy lograda.

La línea en medio del cielo



Creo que la primera novela de Francisco Ángeles debe ser una de las apariciones más recordables de nuestra narrativa reciente. Tanto la modalidad narrativa que elige y ejecuta, los temas que explora y la relación particular que un libro de este carácter tiene con otras apariciones de la década me parecen sencillamente interesantes.

La línea en medio del cielo cuenta la historia en que Ignat recuerda las circunstancias de la muerte de Virginia, transcurrida varios años antes de que Ignat se decidiera a escribir la historia. Esta novela propone un modelo narrativo que intenta reconstruir los hechos del pasado pero no lo hace cronológicamente: en todo caso, se podría decir que parte en un momento de la relación entre Ignat y Virginia, y termina revisitando la muerte de la última tras volver a narrar el comienzo de la historia, pero desde otro punto de vista. Así, la estructura del relato que parte del final y va hacia el comienzo representa un retorno en búsqueda del sentido del pasado, un círculo que cuenta dos veces las proximidades de la muerte de Virginia. La novela se ordena alrededor de la acumulación de experiencia y la culpa por la muerte que la soledad genera en Ignat, el protagonista.

La línea en medio del cielo propone un especial acercamiento a sus personajes a partir de dos creencias: la primera es que el narrador parece confiar en la capacidad de las pulsiones y los momentos de tensión para revelar la naturaleza profunda de las personas; la segunda es la determinación de las vidas más simples a los hechos del poder. Mientras el tema de las pulsiones es fundamental porque organiza la historia a partir de la muerte de Virginia, (mediante la pulsion de muerte o el final de la virginidad de Virginia); el tema del poder ha sido planteado de una manera tan fría que algunos lectores lo han considerado un error, pues les parece un accesorio para poder contar la historia. Sin embargo, creo que el libro hace bien en desprenderse un poco de un marco político (acaso los noventa), en especial ahora que hablar de narrativa peruana no vale si no se habla de sendero. Lo que esas menciones aparentemente tangennciales a un poder que nos determina son importantes porque genera las condiciones para el desenlace, la muerte de Virginia. Y aunque el vínculo se pudo escribir en ese lenguaje que parece explorar la última verdad de Ignat, y resultar así más cálido, se puede redondear este tema regresando a una determinación en lo politico que cree en el poder de la ficcion para entender que lo politico es un relato que se le cuenta a la gente para manipularla.

A partir de la modalidad narrativa y los temas mas recurrentes, se pueden establecer algunas conclusiones importantes en relacion con lo que se viene produciendo en narrativa peruana. Sin duda, y pese a sus diferencias, estamos ante un libro que cala bien en el catalogo de su editorial, pues es una novela que esta inscrita fundamentalmente en las claves de una narrativa mas preocupada en el cuidado de la prosa y en la exploracion de los rasgos de identidad de sus protagonistas. En ese sentido, tiende puentes con novelas como Casa de Islandia de Luis Hernan Castaneda o Habrá que hacer algo mientras tanto de Ezio Neyra, pese a la notoria diferencia de obsesiones de los dos mencionados.

Después de todo, queda la impresión de que todavía se puede escribir narrativa indeterminando las historias, jugando en el límite de las posibilidades de la ficcción realista y explorando otras formas de representación. De hecho, La línea en medio del cielo es un libro que pone como tema el lugar de Mario Bellatín en nuestra literatura, acaso el narrador que más ha experimentado con las posibilidades de representación de latinoamérica sin convertir a latinoamérica en su tema central (me refiero, al menos, a la primera etapa de Bellatín) durante los años noventa y los primeros de esta década.